Hace 40 años la llegada de un contingente de gitanos al barrio provocaba no poca inquietud.
Las mujeres cerraban todas las ventanas y no dejaban que los gurises jugaran en la calle, el dueño del almacén de ramos generales se apostaba en la puerta dispuesto a no dejar entrar ninguna gitana a su negocio y los hombres miraban de reojo los autos que los gitanos tenían para canjear por otros vehículos al grito de “vendo o cambio por el tuyo”.
En tanto las gitanas mangueaban cigarrillos a cambio de “adivinar la suerte” abordando a sorprendidos caminantes que a veces caían en la trampa.
Otro detalle era ver alguna gitana joven con su bebe a cuesta pidiendo algo para la leche o directamente que le dieran el producto, algo posible, ya que muchos vecinos tenían sus vacas en la zona.
En Villa Industrial armaban campamento en un amplio baldío ubicado sobre Ruta 14 (hoy Roberto Uncal) y 12 de octubre, desplegando grandes carpas los colchones sobre el pasto del lugar y una larga soga donde tendían la ropa, especialmente pañales de bebés (aquellos pañales de tela)
Como no podía ser de otro modo, El Humor de las Villas le dedicó la portada del número 19 de mayo de ese año y el Vate Fantasma pinceló con lápiz travieso una escena del lugar.
Humor y memoria
4 comentarios:
Gratos recuerdos de la infancia. En la cancha de Don Bosco, también armaba campamento y una vez un gran casamiento que duro creo 1 semana.
gracias por el comentario, es verdad lo del casamiento, olvidé ese detalle, buena memoria amigo
Que lindos recuerdos de infancia cuando andaban las gitanas por el barrio ni un guri en la calle nos metiamos adentro les teníamos un julepe que ni te cuento
hola Fabián, y mi madre nos tenía controlado para no salir ja ja
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