En 1978 Angelito Muñoz, vecino del Puerto Viejo solía andar alguna noche por el Boliche de Chiquito en Villa Industrial, para esto debía hacer un largo trayecto, pero contaba con su amigo Raúl Chareún para acercarlo. 
Por ese tiempo Angelito era el secretario privado de don Alejandro
Cergneux, atendiendo el bar que don Alejandro tenía en esa barriada.
Con toda eficiencia y simpatía, sin tomar ni una copa durante las horas de trabajo, después las tomaba todas juntas.
Decían que vendía el vino sin colar, pero con cuello y trata a todos los clientes de la misma manera, pero recuerda con cariño algunos de ellos, el doctor Peyret, el flaco Tálamo, don Capurro y don Clemente y especialmente a uno apodado el ratón, por el que tuvo que regalar al gato para que siga frecuentando el boliche.
Nadie le tomaba "el pelo" y a todos dice "muchas gracias ¿de qué?
Fue muy amigo de Chacho López (el doctor del Vaso)
Humor y memoria
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