Al despedirme de Libertad, quiero recordar algunos jugadores
que compartimos el juego, Pocho Villanoba, Ismael Montañana y Osvaldo Benitez.
Llevaba bien la cuarentena de fútbol, hasta que Huracán me
invita a volver y quien es uno para despreciar, así me alisté otra vez en mi
querido club.
Faltaban algunas fechas para finalizar el campeonato y me
integro a la Segunda división para ir tomando estado físico, aunque jugaba
campeonatos libres, no es lo mismo que los 90 minutos de un partido oficial.
En octubre estamos jugando en cancha de Defensores de
Talita, y sufro la primera expulsión de un partido en 11 años de actividad.
No hay justificación para la expulsión, en mi descargo
ocurrió un hecho en el partido, que me reservo el derecho a no relatar, debido
a que no tengo testigos de lo sucedido, solo sé que nunca imagine terminar mi
campaña de esa manera.
Al comenzar el campeonato de 1973 cargaba la suspensión, más
las actividades comerciales y la familia hicieron posible que no lamentara
demasiado el no jugar.
Igualmente pude jugar torneos libres y campeonatos nocturnos
que ya se realizaban en cancha de Gimnasia y Esgrima.
No olvido a los amigos del barrio que jugamos en los
campeonato nocturnos o libres, Alberto “beto” Montesino, Raúl y Rubén Pascal,
Jorge Gaitán, Celso Benitez y los delegados Oscar “cacho” Bousquet y Carlos
Parravicini.
Después me entero que Huracán me ha declarado libre y es el
final.
Queda claro que solo se relatan los hechos, en ningún caso
son juicios sobre las personas mencionadas, se la nombra para recordarlas, y
con las que conviven con nosotros mantengo la amistad forjada en el fútbol.
Esta no es una historia personal, está escrita en primera
persona, pero es la historia de muchos amigos a lo que quise recordar.
Puntos sueltos
He disfrutado del fútbol, de la emoción de lucir una casaca,
integrarme a clubes, entrar a una cancha vestido de jugador es algo, al menos
para mí, que desborda los poros y sale al aire para llegar al hincha o
simpatizante que los hace suyo.
El fútbol me dejó una enseñanza para la vida: “No hay que
mirar solo el juego, también hay que mirar al rival”
Tío y sobrino jugando juntos.
No sé si es caso único, pero lo menciono como llamativo.
Soy sobrino de Oscar Ardaiz, y juntos integramos los equipos
de Huracán, Libertad, y los del barrio en los nocturnos, además de torneos
libres.
El partido increible
Jugar 90 minutos en un equipo integrado con ocho jugadores
con los 11 adversarios y terminar empatados merecen un recuerdo especial, ¿tal
vez entrar en la guía Guiness?
Goles sin ejecutar penales
Convertí muchos goles, todos de cancha, ninguno de penal en
90 minutos. Un solo penal pateado y convertido en una definición por penales en
un campeonato de los ocho frente a Defensores de Talita.
Un solo gol de tiro libre en 1964 en un campeonato libre
realizado en la zona.
Un gol con la casaca de Atlético Uruguay.
Durante el campeonato nocturno organizado por este club en
1968/69 armamos un equipo del barrio Villa Industrial con el nombre de La
Rueda, un comedor que estaba ubicado sobre Ruta 14 vieja y Pablo Sceliga.
Cuando llegamos a la cancha nos dimos cuentas no habíamos
llevado las casacas, vaya aprieto, no se podía jugar, afortunadamente un señor
del club nos ofrece un juego de casacas de Atlético, así entramos a la cancha,
el partido lo ganamos uno a cero, tuve la suerte de ser el autor del gol del
triunfo y queda el recuerdo de marcar un gol con la casaca de Atlético, nada
menos.
Siempre fui deportista amateur, a los clubes llevé mis
medias, mi pantalón y mis zapatos, nunca recibí dinero para jugar
Gracias a los lectores y dejo un poema de Miguel Contard
titulado Antes se jugaba a la pelota.
Fin.
Humor y memoria
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