Podrán matarnos de hambre, pero nunca de pena.
La pulpería en cuarentena.
Yo tenia una pulpería, marchaba muy bien la cosa, yerba, porotos y avena, también, vino, Gaseosa, cerveza, y hasta recarga virtual.
Pero un día de repente sin necesidad de buscarla, una desgracia cada día, empezó la cuarentena, se acabó el truco y las bochas, y los viernes con asado y me ha dejado en la vía como zorrino empacado.
No es que muera de pena, pero que quieren que haga, escucho muchos anuncios y enunciados, vacunas para todas y todos, pero ninguno concretado.
Seguimos de cuarentena y encerrados hasta el otro carnaval.
Humor y memoria
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