Al comenzar este año recibimos la noticia que Tiro Federal
se desafilia de la Liga de fútbol loca y los jugadores quedáramos libres.
Yo pensaba, dónde jugar, no me hacía la idea de algún club
interesado en que firmara para jugar en el mismo.
Sucede un hecho deportivo que yo no imaginaba, Almagro, el
club del barrio América se afilia a la Liga y debe participar en la Primera B
de ascenso.
Almagro, fundado en 1951 entraba a jugar desde abajo y llega
al presente con títulos en haber.
Pero volvamos a 1963, en aquel momento yo era empleado en
una estación de servicio, hoy cerrada, YPF, ubicada a la entrada de la ciudad y
no olvido este hecho, muchos cargaban combustible en la misma, también el
colectivo urbano de la Línea cuatro (4).
Uno de sus choferes era Julio Romero, y dirigente, eso creo,
de Almagro, un día cuando llega para cargar el gasoil del colectivo me hace la
pregunta ¿No quieres jugar en Almagro? Se imaginan, casi le pregunto ¿Cuánto
hay que pagar? Nooo, es broma, no iba a decir que no, y ahí nomás firme la ficha
y pase a integrar el equipo de Primera división que pronto comenzaba a disputar
el Torneo Oficial.
La cosa era en serio y hubo que ir a entrenamientos que se
hacían a la noche en la cancha de bochas del club ubicado sobre la calle Celia
Torrá.
La persona que nos daba indicaciones, y lamento no recuerdo
su apellido, me parece que era alguien del Ejercito, se dio cuenta que en la
cancha de bochas no era ideal, y nos llevó a la cancha de la Liga, hoy
transformada en un barrio, sobre Bulevar Díaz Vélez.
Les dije que era veloz, pero mamita querida, los ejercicios que
nos mandaba este hombre me hacía doler todo el esqueleto.
Para alegría encontré a otros compañeros de Tiro Federal,
toto Rebord, tito Tanga y Roque González.
Otros jugadores que recuerdo eran Rosario González, Pedro
Martínez, mingo Mette, un flaco arquero que le decíamos Toriani por su parecido
con el arquero de Independiente de Avellaneda en aquel momento, Ramón Benay y
el pato Chivel, el que organizaba el juego, a los gritos, ¡como gritaba! Pero
que bien jugaba, muchos de los goles que convertí en Almagro fueron por precisos
pases de él. Por supuesto que había otros jugadores, pero se escapan sus
nombres.
Y llego el debut:
Otra vez en la cancha de la Liga.
Primer rival, el Club América, gran equipo y jugadores como
Bretti y Cosme Coria que ya venían de vuelta como se decía a los jugadores de
muchas campañas, pero otros jóvenes como Roberto Umpierrez, Rolando Scarbol y
Samuel Willians.
El delegado Francisco Lustre, un señor obeso que llegaba a
las canchas con unas bolsas de regular tamaño donde llevaba las camisetas,
botines y medias.
La casaca de América era similar a la de River.
El arquero era un señor de apellido González, era militar y
me conocía por que cargaba combustible donde yo trabajaba, así que antes del
partido, me tomaba el pelo, pero en los 90 minutos me tomé desquite, ya que
logré dos goles, ganamos cuatro a dos y debutar de esa manera, y con 18 años
era un sueño.
Hoy se dice en los comentario futbolero que no hay que
“quemar” tan joven a un futbolista, a lo mejor es así, pero ahí había varios
juveniles jugando en primera y bastante bien, algunos mejor que yo, pero ahí
estuvimos.
Les cuento el cuarto gol. Ganábamos tres a dos, y América
estaba lanzado al ataque buscando el empate, yo arriba junto a la línea y
dentro de nuestro campo de juego, de pronto toma la pelota el pato Chivel, pega
el grito y pone el pase en cortada, yo salgo en velocidad, dejo atrás al
defensor de América que quedaba en su campo y cuando levanto la cabeza tengo al
arquero González encima, no tenía ángulo, así que amagando salir a mi derecha,
lo espero y le hago un “caño” para señalar el cuarto gol.
Jugada impensada, a lo mejor salió de carambola, ya no me
acuerdo, hace 57 años, pero fue gol y qué más da.
El campeonato fue largo con muchos equipos y nuestra campaña
al final fue irregular, pero pensemos que Almagro debutaba con un equipo armado
poco tiempo antes y varios juveniles.
Recuerdo dos partidos, uno frente a 25 de Mayo al que
vencimos por cuatro a dos y tuve de marcador, nada menos que Andrés “gato”
Aguiar, un amigo desde entonces, suelo encontrarlo algunas veces en la ciudad.
El otro partido contra Chacarita, en la primera rueda
perdimos dos a cero, en la revancha fue un partidazo que ganamos tres a dos y
tuve la fortuna de convertir el tercer gol, el arquero de Chacharita, el bocha Britos y mi marcador un gran
jugador, ya desparecido, Juan Sosa, jugador de calidad, respetaba mucho al
rival, sin brusquedad, a mí eso me favorecía. Otros jugadores de Chacarita que
recuerdo eran Luis Pietroboni, un 10, zurdo, habilidoso y de gran pegada en los
tiros libres, Raúl Sosa, el mismo que luego sería Director Técnico de Atlético
Uruguay que llegó al Nacional de futbol en 1984, Juan Chivel, que venía de Tiro
Federal, Cleofé Del Valle entre otros.
Otros partidos fueron con victoria frente a Casino, Lanús y
San Lorenzo.
Eran tiempos de jugar y jugar, muchos como yo jugábamos
sábado y domingo, en el caso particular jugaba los sábados en Almagro y los
domingos en Huracán.
Humor y memoria
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