Una anciana tomó el tren en concepción del Uruguay y se ubicó frente a
un joven de abundante cabellera, un tatuaje en cada brazo, pantalón
vaquero roto en las rodillas, zapatillas deportivas y aros en las
orejas, y que masticó chicles durante todo el viaje.
Al llegar a Paraná
la anciana le dice:
-Lo vi conversar durante todo el viaje joven, discúlpeme que no contestara, pero soy sorda…..
Publicado en #ElHumordelasVillas Nº 51 de junio de 1986
Humor y memoria
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