Adiós caballito
de tiro, que amansamos con cariño, yo lo cuidaba de niño y él comía de mi mano.
Era un caballo
baquiano, de memoria recordaba, las calles y las paradas que el lechero recorría,
entregando cada día la leche casa por casa.
Hoy en nombre
del progreso lo quieren erradicar ¿adónde irá a parar, caballito de reparto,
incansable trotador, conocedor del camino?
¿Qué pradera es
su destino, o han pensado crear un geriátrico de equinos?
Humor y memoria
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