Cuando las
sombras de la noche aún cubre con su manto de penumbras la faz de la tierra,
cuando los lecheros todavía no han pasado y el grito de los canillitas resuena
en las semivacías calles ciudadanas, salen rumbo a los coto de caza, olos intrépidos
y astutos cazadores, buscando sorprender en sus madrigueras a las fieras
salvajes.
Luis María
Zalazar y Sergio Benito Rougier, al regreso de una aventura acompañados por el
Escuadrón Los perros profesionales, el chango, la jeringa, Carón, la moneda,
centella y el croto, las armas usadas y una pieza cazada, apenas un patito feo,
varias damajuanas vacias y una gentil liebre que los acompaña a encontrar el
camino de regreso.
Humor y memoria
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