La profecía del Cardenal Primatesta en Santiago del Estero
Hablando de la situación de la familia decía:
Hemos perdido nuestra propia intimidad, no nos atrae nada, porque lo que une a la familia es el amor.
Se sale a buscar el amor afuera, en los gritos de las fiestas y el bochinche, todos afuera, los hijos y los padres, y las familias se convierten en un triste lugar de encuentro para dormir. Nada más.
La ley del trabajo que el Señor practicó en Nazaret, la ley que da dignidad y realiza al hombre, nosotros hemos hecho del trabajo un mal necesario, para lograr crecer como se pueda en la posesión de las cosas, y así hemos destrozado por el camino de las cosas a la familia a las familias, las cosas conseguidas de mil maneras, con un esfuerzo animal, buscando solo el placer, con desmedro y ofensas de los demás.
Así el trabajo nos ha esclavizado, nos ha quitado nuestra personalidad y nos ha reducido a ser instrumentos de otros, porque no hemos sabido ver en el trabajo el camino que Cristo enseñó, un camino para la búsqueda de lo necesario.
Jesucristo, Pan de vida y esperanza de los hombres.
La Homilía concluye con la renovación de compromisos familiares, padres e hijos presentes para hacer del hogar un Templo de vida cristiana.
Audio original de #ElVateFantasma
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