Mi cosecha esta en peligro por causa de la sequía, y mi cartera vacía acosada por retenciones, me llevaron a la ruina.
La malaria se avecina, se fueron todos los peones al “piquete de la abundancia”, he quedado solo en la estancia, masticando bien la inquina, me la paso en la cocina mate amargo y torta frita.
A la esperanza me aferro, como dijo Martín Fierro, solo me resta confiar, de que Dios ha de permitir que esto llegue a mejorar, a ver si puedo canjear algun pasaje vencido para hacerme de efectivo.
Se me ha terminado el gas, no consigo querosene y el frio me tiene mal, solo me calienta un poco la Cadena Nacional.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia
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